Una mala pisada puede influir no sólo en lesiones del pie, sino en la rodilla y hasta en la zona pélvica.

En todo caso, el primer paso siempre será realizar un estudio de la pisada para concluir con seguridad que una lesión tiene su origen en el pie. La solución al problema puede estar en el diseño de una plantilla personalizada o en la readaptación de la actividad deportiva y las técnicas de entrenamiento.

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