Un pie de riesgo sería aquel pie que por uno o diversos trastornos o enfermedades sistémicas de nuestro organismo presenta un elevado riesgo de padecer lesiones. De entre éstas destacan las amputaciones, las úlceras plantares, infecciones diversas (local, celulitis, osteítis, osteoartritis), atrofia muscular, deformaciones óseas como en la artropatía de Charcot.
Normalmente, todas estas consecuencias se derivan de una neuropatía y/o vasculopatía periférica que van asociadas en la mayoría de los casos a enfermedades y factores de riesgo como diabetes, alcoholismo, tabaco, lepra, …
No hay que olvidar que otras enfermedades no tan conocidas cursan con neuropatía y /o vasculopatía periférica como la espina bífida, el Charcot-Marie-Tooth, etc. Estamos, por tanto, ante unos pies que requieren unos cuidados diarios, prevención, curación y atención personalizada.
CUIDADO DE LAS UÑAS:
Proteger las uñas de disolventes y detergentes agresivos, ya que pueden dañar la lámina ungueal.
Aplicar cremas hidratantes para suavizar y mantener sanas las cutículas. Se pueden
utilizar productos para estimular el crecimiento, evitar estrías y reforzar las uñas.
No abusar del ESMALTE, ya que reseca la uña y la deteriora. Los quitaesmaltes de acetona dañan la uña.
No se debe eliminar la cutícula, ya que aumenta la posibilidad de contraer infecciones.
CONSULTAR AL PODÓLOGO/A ante cualquier observación de anomalías en las uñas (uñas frágiles, dolor, cambios en el color…).